No es en los eventos donde defines tu imagen… es cada mañana frente al armario.
Hay algo que veo constantemente en mis clientas: cuando tienen un evento importante se esmeran, prueban combinaciones, se maquillan con calma… incluso se permiten jugar un poco más con su estilo.
Pero cuando vuelven a la rutina, ese cuidado desaparece como si de lunes a viernes nada importara. Y aquí está la parte incómoda: tu imagen no se construye con los dos o tres looks especiales 💖 que llevas al año. Se construye con lo que te pones cada día casi sin pensarlo, con esos gestos automáticos 🤖 frente al armario que repites una y otra vez.
La versión de ti que el mundo ve no es la de la boda ni la de la cena elegante. Es la que aparece un martes cualquiera, en la oficina, haciendo la compra o en la mañana de prisa en la que eliges algo “porque toca”.
Y sé que remueve admitirlo, porque justo ahí es donde solemos vestirnos desde el cansancio 🥱, la falta de inspiración o la desconexión. Pero es en esos días normales donde realmente se forma tu imagen… y también donde empiezas a perder seguridad cuando no te reconoces.
La mayoría de personas no tienen un problema de estilo; tienen un problema de relación con su armario ‼️ Se visten sin intención, repiten combinaciones por inercia, compran prendas sueltas que no encajan entre sí y evitan mirar demasiado el espejo para no enfrentarse a lo que sienten. Y así aparece esa frase tan repetida: “Tengo ropa, pero nada que ponerme” que yo sustituiría por “nada me haga sentir bien”.
Lo liberador es entender que tu imagen no nace en lo extraordinario, sino en lo cotidiano. No necesitas un lookazo para empezar a verte mejor; necesitas coherencia. Y esa coherencia se construye con pequeñas decisiones que se repiten 🔁 y, poco a poco, te devuelven la sensación de seguridad. Cosas tan simples como:
un pantalón que te favorece y te permite empezar el día con otra energía 💪🏻
un color 🌈 que te ilumina cuando tú te sientes apagada
una combinación que sabes que funciona y te da calma 🧘 visual
un accesorio 👜 que te recuerda quién eres incluso en un día complicado
Pequeños gestos, grandes impactos. Y lo más importante: sostenibles en tu día a día.
Si ahora mismo tienes la sensación de que tu imagen no te acompaña, no es tarde. Se puede reconstruir la relación con tu armario, aprender a vestirte desde la intención y recuperar esa claridad que hace años sientes que perdiste. Yo acompaño a muchas mujeres a dar esos primeros pasos hasta que su reflejo vuelve a sentirse alineado con quiénes son hoy.
Tu imagen no te pide eventos especiales. Te pide que te encargues de ella cada mañana.
Si este tema te ha removido un poquito, aprovecha para dar el siguiente paso. En mi newsletter comparto herramientas sencillas y prácticas para empezar a reconectar con tu imagen desde lo cotidiano. Puedes apuntarte abajo y recibirás además contenido que no publico en ningún otro lugar. 💖